Un pueblo pesquero es una población rural caracterizada por la actividad pesquera, incluso aunque no sea la mayoritaria en términos de ocupación. Además de la pesca en aguas abiertas, de mayor o menor lejanía (pesca de bajura, pesca de altura), en algunas zonas es característica la acuicultura o el marisqueo. Es característica su disposición en el litoral marítimo, lacustre o fluvial, en torno a un puerto, o al menos con acceso a un punto de relativamente fácil embarque y desembarque, con algún tipo de playa, donde pueda disponerse la flota pesquera del lugar.[1] Los pueblos costeros de dedicación pesquera se encuentran en muchas ocasiones aislados en mayor o menor medida. Tradicionalmente se buscaban emplazamientos que favorecieran la actividad, como puede ser una pequeña bahía, ensenada o cala; o por el contrario, un emplazamiento defensivo, como un promontorio o una altura de más fácil defensa.
Su número es muy elevado. En 2004 China registró 8048 pueblos pesqueros.[2] Gran parte de la línea costera de continentes e islas del mundo (en total unos 356 000 kilómetros) han dispuesto de asentamientos pesqueros, en ocasiones primero provisionales (pesquerías, factorías pesqueras en zonas de fácil acceso a los caladeros) y luego definitivos. La mayor parte de los pueblos pesqueros que permanecen con esa actividad en la actualidad desarrollan la pesca artesanal o tradicional; mientras que los que han desarrollado tecnológicamente y aumentado la escala de su actividad han incorporado la pesca industrial. Muchos otros han diversificado sus actividades e incluso han sustituido la actividad pesquera por otras, como el turismo.
En ocasiones los pueblos pesqueros desarrollan una pesca diversificada y en otras se especializan en alguna especie (bacaladeros, balleneros). Entre las actividades vinculadas a la captura de especies marinas, en los pueblos pesqueros puede haber comercialización (lonja),[3] industrias alimentarias (secado, salazón, enlatado u otros procedimientos de procesamiento del pescado)[4] o construcción y mantenimiento de las embarcaciones (astilleros, carpintería de ribera). Aparte de estas, los pueblos pesqueros pueden desarrollar, como cualquier otra población, todo tipo de actividades de los sectores primario (agricultura, ganadería y explotación forestal), secundario (artesanía e industria) o terciario (comercio, transportes y servicios). En algunos casos, sus características hacen posible que también se puedan desarrollar actividades ilegítimas, como el contrabando. Hasta el siglo XIX, algunos pueblos pesqueros disponían de forma más o menos esporádica de una fuente de riqueza peculiar: el aprovechamiento de los pecios de los naufragios (que, en ocasiones, podían llegar a provocar).[5]
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